18/5/08

Con subtítulos

De las bonanzas del mundo

No tengo ídolos ni héroes ni figuras a seguir ni defiendo irreflexivamente alguna forma de identidad, no tengo objeto sobre el que profese una fe siega. Lo cual no pretende tampoco alguna originalidad alimentada y sostenida sobre una forma de marginalidad mediocre-heroica. Es más bien una forma de defensa contra la casi certeza de la constante desilusión de las cosas, un dispositivo de amortiguamiento sobre la insistencia del desencanto al que nos deja nuestro “mundo” formado por un sistema de creencias. Pero bueno, he empezado con este discurso como de graduación, como de no sé qué cosa, porque dada esa forma de proceder sobre los hechos, sobre todo las cosas que me ilusionan, de menos de alguna forma (así, talvez, como una niñita de secundaria), tiendo a tomar una postura (maricona) de des-apego. Así que (cosa que seguro a nadie le importa), me gusta la música de Portishead y cuando salió su nuevo disco no corrí a comprarlo ni busqué referencias en la red ni pretendí escuchar alguna muestra ni leí alguna crítica al respecto, supuse que un día, por casualidad, lo escucharía. Y bueno, como no quiero echarme uno de esos comentarios de “experto en la materia” que caga la madre...




Justo lo que me hacía falta, algo que me perforara el cráneo, que me hiciera rechinar los dientes y que, en algún momento me acariciara la panza.

Intento fallido

Dije a alguien que escribiría, pero tengo el cerebro estreñido. Podría hacer alguna de esas divagaciones sobre la distancia del sujeto, la discontinuidad del ser sobre la que se forma, el lugar del lenguaje, a propósito de que sin lenguaje no habría ni verdad ni mentira, de que no habría lenguaje sin una falta, sin la distancia, sin la discontinuidad. Luego, también, que esa distancia, más allá de un lugar de incomprensión, frustración, malentendidos, en cierta forma el hecho de que de alguna u otra manera siempre vamos a estar solos, es un lugar de confort del sujeto, como un “gracias a Dios que no hay tiempo real del pensamiento entre sujetos”, talvez hasta la especie se habría colapsado ya de la pena y la vergüenza. Pero na, ya le dejo... hasta podría terminar hablando de mi teoría de prótesis, lo cual me recuerda que uno debería tener tatuado el modus tollens en la frente, para recordarle a los otros, a uno mismo cuando se mire en los espejos, que todo falla; es como si el pensamiento occidental, el gran pensamiento occidental, fuera tan cristiano como el prepucio de Jesucristo; hace falta un pecado, un pecado sólo para irse al infierno, hace falta que algo falle, que algo falle sólo una vez para que toda la teoría se vaya al carajo.
Pero bueno, creo que todo esto también divierte.. mas, como todo buen huevón con el mínimo de inteligencia, mejor echaré mano de cosas ya hechas.

Escombros II:

Destinatario post-anulado

Me meto la mano al silencio de la boca
En la esquina el sol se pudre con la tarde
En la cara se desgarra la saliva del párpado

Y sé que ya no enterraré más sublimaciones
En la carne respirando sudor
En el ojo seco del estomago

Barcos se bañan en el aliento muerto
donde la concepción de la oscuridad no gime
Y voy haciéndome cenizas las manos
con la noche, con el calor de los gritos machacados

Esperaré mientras me olvido de sus caras
para meterme a la alcoba de la sangre,
Oxidado clavo fanático de las venas
escupo tus sabores olor a tierra... otro

He calcinado la angustia de la mañana
en sus brazos rígidos de perra muerta
Y aún están ahí los gusanos
comiéndose tus zapatos mientras canto... otro

Respiro el suelo de tu boca carcomida
y estornudo el estomago lleno de excremento
sobre tus pies sobre tus manos de humedad y sangre
y ya no regreso más ya no te quiero nada... otro

Hablaré coherentemente balbuciendo
con la mano que me he arrancado
y la arrojaré por el excusado

Gritando:
Excúsame Señor por haber hablado
Cierra mi boca con tierra de mi tumba
Yo no sacaré la mano más por la ventana

(¿Has creído, Señor, que existes,
que porque te he hablado existes?
Sólo ese instante solo, pero
tu muerte ni siquiera ha dolido.

No te creas de nuevo que te estoy hablando)

En algún lugar, momento del 2000.
Hágase servir del presente texto, la señorita Marilú, como considere conveniente. Sin otro particular por el momento, quedo de usted.

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