17/2/08

Poesía y destrucción (un tributo y no a Paul Dirac)

4,1,14,9,5,12,1

Cantara el viento, decir, pensar
(Siempre llegan animales de todo tipo a esta casa. Esta vez le tocó a un pequeño pájaro. Las casas, con sus techos, paredes y falsas salidas, no son buenos lugares para ellos.
se perdió en las faltas de este encierro
Se encuentran ahí ante choques evidentes que ponen en peligro su salud, así que no es nada bueno. Además entran en tal grado de desesperación, por lo demás totalmente compresible, que no es extraño que sucedan accidentes.
y aplaudió con las alas el techo
Habituados a volar mucho más allá de los dos metros y medio de altura, y en tal estado de alteración, lo primero que hacen es chocar contra el techo de las casas.

Un insecto o plumas sin viento
Así que van como mariposas obcecadas por las luces artificiales, aunque aprenden rápido y pronto comienzan a volar al nivel adecuado.
En las paredes las uñas enterradas
Las paredes de mi casa tienen cierta textura, así que el pájaro, de vez en vez se paraba en una de estas ya fatigado. Por lo pronto me era imposible atraparlo y decirle donde estaba la salida no servía de nada, así que su desesperación comenzaba a desesperarme.
en la mente las plumas negadas
Un pájara así, es como la cosa más fuera de lugar que he visto en el interior de una casa. Como un jugador de balón-pie con su respectivo uniforme en una cancha de hokey sobre hielo. Sólo podía pensar lo inservible que son las alas para lugares así.

De aquí para allá sin terminar
Y el pobre seguía yendo de aquí para allá sin encontrar la salida, cargando con toda la inutilidad de su biología.
como querer la voz que dejo dentro
Así que comencé a seguirlo con un cierto estado de impotencia, uno no se puede entender con esas cosas y la única forma de ayudarlas es violentándolas.
Pero en el velo quedó atrapado
Por suerte para los dos, mientras volaba hacía una ventana se quedó enredado en la cortina y por fin tuve oportunidad de atraparlo, había que agarrarlo con mucho cuidado par no lastimarlo.

Entonces fue más roto
Justo en ese momento, cuando pude tenerlo entre las manos, comenzó a emitir un sonido despavorido, verdaderamente desgarrador y evidentemente no había forma de tranquilizarlo.
No era yo en mis manos aterradas
Hacerlo callar sólo habría sido posible terminando con su vida, tal vez por un momento pasó eso por mi mente y mis manos temblaron. Era una sensación horrible en verdad.
en mis manos destrozadas
Era como cargar con algo verdaderamente frágil, una bomba que podría activarse en cualquier momento. Sólo me quedó hacer algo de empatía, evidentemente no lo mataría. Y lo cierto es que si yo estuviera en su situación seguro proferiría sonidos similares.

Era él la vida terror a terminar
Era, finalmente, comprensible semejante terror, una total impotencia. Yo podría haberlo lastimado en cualquier momento y no quería hacerlo. Era difícil sujetarlo con delicadeza y fuerza a la vez, de forma que no fuera a escapar antes de que estuviera en una zona segura.
Cantó cristales rotos en los tímpanos
Y seguía emitiendo esos sonidos que comenzaban a producirme una terrible tristeza. Sólo podía ver lo patético de mis manos al contenerlo. Lo desmedido de cualquier tipo de sentimiento que tuviera por él, porque jamás formarían parte de él, de su percepción.
el temor-la-muerte en mis manos
Sólo me quedaba tener esa terrible sensación de cargar en las manos con el temor de todo lo vivo ante un posible fin.

Lo doy a su libertad sin este encierro
Pero por fin pude llevarlo fuera de la casa, dejarlo ir. Inmediatamente salió volando y desapareció en la lejanía. Seguro no volverá a atreverse a ir más allá en el interior de una ventana.
de cemento y de resinas carcajadas
Nunca, espero, querrá volver a pasar por ese terror de quedar atrapado en un lugar tan lejos de su realidad, tan antitético a su naturaleza.
Todo se va rompiendo...
Y yo, voy sintiendo como se va, como nunca dirá nada, como no voltea, como nunca podré decir de forma literal [si ello existe de alguna manera] eso que se queda cuando lo dejo irse...)

Todo ha quedado roto en mi

Se va, como por el agua a veces el río
Como por los pies el suelo
Como por las nubes a veces la lluvia

Se va, como por el dolor a veces el llanto
Como por el amor un beso
Como por este llanto mis lágrimas

Se va, como por mi voz lo que he dicho
Como por mis pensamientos van los tuyos
Como por la felicidad a veces la risa

Le doy los pies al suelo
A mi boca una boca que aún no conozco
A mi pensamiento las palabras

Mi voz siempre rota-titubeante en el precipicio

Le doy, sus alas al viento...

(Cynthia escribió ese día en la lejanía: “ya ha pasado mucho tiempo vrd...”. El pájaro me la recuerda. Al dejarlo ir, deletreo, siete letras que no repiten su nombre... si tan sólo.)
Pero después de dejar ir las cosas queda algo, entonces, hay que empezar a dejar ese “dejar ir”, ese malestar que el “dejar ir” deja y empezar otra vez y de nuevo, otra vez...

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