13/4/10

Carta a mí mismo

Sé que a la mayoría, en estos tiempos, les importa un pito la poesía, pero a mí me importa un pito que les importe un pito.

I

Me acuso,
a este quien no he sido yo,
de haberme matado la poesía.
Puta madre, de partirme el corazón
y encontrarle vacío,
latiendo como un bip
al teclear la contraseña en un cajero automático,
yendo suave como una banda
de la caja de un supermercado.
La lluvia no sabe más que a agua,
es decir no sabe a nada ya.
Estoy muerto, petrificado,
ausente frente al rumor de mi propia
voz impasible,
siego frente a las imágenes
que podría arrancarle de un golpe al mundo,
extraño frente a mi dolor
y la sangre que brota a chorros de las heridas,
que yo ya no creo mía,
que yo ya no creo mías.

Hay:
Un chopo rojo danzando en el olvido,
un actor hundido en una sala vacía,
decrépito como un poema que la voz escupe
y no pronuncia más,
un corazón pudriéndose
en el cajón de un escritorio
de una oficina en un segundo piso.
Estoy muerto,
Cual el llanto de una ballena
que ha encallado en la playa
y no quiere saber ya más nada.
Soy un soldado sin guerra.

Me acuso,
a mí y a todos los que he sido,
de pronunciar el nombre amor
como una estrategia,
de delinquir, de violar a la esperanza
y no sentir remordimiento.
Me acuso de herir de muerte a la pasión
de perderla en el amor,
esta maldita palabra tan cascada,
y al amor en ella.
Me acuso,
de escribir el nombre de Dios
sólo para incendiarlo
y matar hormigas con su fuego,
de guerrear con todos
hasta que sólo hubiera tierra y escombros,
los labios partidos,
el alma destronada y un cuerpo jadeando.

Me acuso,
de haberlo destruido todo.

Alguien,
alguien allá afuera,
con otro mirada, venido de otra tierra,
mejor de otro mundo…
¿sabe cómo hacer algo de la nada?
¿sabe cómo hacer crecer flores,
que no puedan ser usadas para velorios,
en la tierra devastada por la guerra?
¿Alguien sabe?

Me acuso de combatir,
de despojar de sentido a toda la existencia.
Me acuso de acusarme
y me voy triste de no tener más porque estar triste.
Avergonzado.

Destruyo mi voz en un suspiro.

Mándenme flores…
Alguien,
¿alguien quiere mirar dentro de mi tumba,
sacudir mi cuerpo para ver si la muerte cae como polvo,
piel vieja?
¿alguien sabe cómo hacer algo con la nada?

Si alguna vez escribo la parte II de esto, será porque encontré alguna forma, si no, pues no.

2 comentarios:

Pura Buena Malicia dijo...

a mi no me vale pito la poesia.

¿alguien sabe cómo hacer algo con la nada?

es lo que busco dia a dia, sabes yo tmabine me he escrito cartas, autoanalisis!!

un saludo

°venganza dijo...

Sí, por eso escribí que a la mayoría.

Seguro nadie levanta la mano cuando se hace esa pregunta, si acaso para decir alguna idiotez. Lo más seguro es que no se puede, no existe posibilidad alguna. Como sea, me pregunto si somos capaces de construir castillos en el vacío, que nunca dejan de saberse en el vacío pero que aún así se sostienen. Supongo que necesitarían estar hechos de una belleza inaudita, hechos con locura, de ciertas contradicciones un tanto estúpidas pero divertidas.

Quiero pensar un tanto estúpido como mi intento de poesía… cómo puedo escribir eso en ese tono, es como decir algo que se niega al momento de ser dicho por la sola forma en que es dicho; como jugar a la destrucción en el acto mismo de existir.

Saludos.