21/9/08

Reflexiones cuando niño


...la música, aunque viene de afuera, no te da, algo se lleva de entre el pecho, y lloras. Como cuando se te cae una paleta y se le pega la tierra y no puedes seguir chupándola.

6/9/08

Profundas reflexiones en la superficie

"El mundo apesta por tanta gente apestosa que lo habita."

Julio

"No hay nada más fácil que culpar al otro de la situación actual. Se tenga o no se tenga razón, sea cierto o no."

Julio

"A veces no es lo más fácil."

Julio

"A veces generalizar es correcto"

Julio

"A veces chinguen todos a su madre"

"Julio"

Escritoporunmaricóndelcerebro

30/7/08

...

Polvo de estrellas –
polvo de estrellados

...esta hermosa, que
ha incendiado el agua, que
ha quebrado el viento, que
ha puesto un alma donde
mi presencia, abismo.

Esta hermosa y descomunal
mirada del espejo, le he
arrancado la garganta,
un puño que sangra,
cristal cortado, reflejo.

Polvo de estrellados
Morusas de vidrio
Sangre
Metáfora de nieva (por el suelo)
Metáfora de nieva...

15/6/08

sin remitente, sin destinatario

...me he quitado este traje de muerte con un ademán. Sí, aún respiro, aunque no lo notaras. Viste que dejé la voz muerta embarrada sobre la palma de mi mano izquierda. Una pluma que mal pintaba, yo mal escribía: "Salí a buscar una puta a la calle, de tantas no encontré ninguna. Llueve y tengo ganas de orinar; evidentemente el sonido del agua no ayuda."

Aforismo 0.1 (en un otso):

No es que odie la vida, es que odio a mucha gente viva. No es que el mundo me paresca mal, es que mal me parece tanta gente mierda del mundo.

23/5/08

Esto no, es un poema

Hay avispas, recién echadas al vuelo,
muertas en el quicio de la ventana
. (esto no es un poema)
Hay avispas en el quicio de la ventana
desecadas por el sol, quien les ha cocido, delicuescido, licuefactado, evaporizado
las entrañas
. (esto no, no es un poema)
Hay avispas en el piso, bajo la cama
Empolvadas, deshidratadas
y recuerdos vanos, de tierra y piel muerta,
de días en que hacía
tanto pánico en la cama,
recostado, obnubilado
el cuerpo entre las cobijas
. (repito, esto no es un poema)
Hay avispas bajo el teclado
estremecidas, desmoronándose como pan seco.
Nada bueno debe significar,
nada bueno han de decir
esas patitas resquebrajadas.
Porque esto no es un poema,
alguien ha roseado DDT.

Pero, y si fuera lo mismo que afirma que soy un mentiroso:
(¿debí escribir esa frase entre signos de interrogación?)

-Esto, no es un poema...

18/5/08

Con subtítulos

De las bonanzas del mundo

No tengo ídolos ni héroes ni figuras a seguir ni defiendo irreflexivamente alguna forma de identidad, no tengo objeto sobre el que profese una fe siega. Lo cual no pretende tampoco alguna originalidad alimentada y sostenida sobre una forma de marginalidad mediocre-heroica. Es más bien una forma de defensa contra la casi certeza de la constante desilusión de las cosas, un dispositivo de amortiguamiento sobre la insistencia del desencanto al que nos deja nuestro “mundo” formado por un sistema de creencias. Pero bueno, he empezado con este discurso como de graduación, como de no sé qué cosa, porque dada esa forma de proceder sobre los hechos, sobre todo las cosas que me ilusionan, de menos de alguna forma (así, talvez, como una niñita de secundaria), tiendo a tomar una postura (maricona) de des-apego. Así que (cosa que seguro a nadie le importa), me gusta la música de Portishead y cuando salió su nuevo disco no corrí a comprarlo ni busqué referencias en la red ni pretendí escuchar alguna muestra ni leí alguna crítica al respecto, supuse que un día, por casualidad, lo escucharía. Y bueno, como no quiero echarme uno de esos comentarios de “experto en la materia” que caga la madre...




Justo lo que me hacía falta, algo que me perforara el cráneo, que me hiciera rechinar los dientes y que, en algún momento me acariciara la panza.

Intento fallido

Dije a alguien que escribiría, pero tengo el cerebro estreñido. Podría hacer alguna de esas divagaciones sobre la distancia del sujeto, la discontinuidad del ser sobre la que se forma, el lugar del lenguaje, a propósito de que sin lenguaje no habría ni verdad ni mentira, de que no habría lenguaje sin una falta, sin la distancia, sin la discontinuidad. Luego, también, que esa distancia, más allá de un lugar de incomprensión, frustración, malentendidos, en cierta forma el hecho de que de alguna u otra manera siempre vamos a estar solos, es un lugar de confort del sujeto, como un “gracias a Dios que no hay tiempo real del pensamiento entre sujetos”, talvez hasta la especie se habría colapsado ya de la pena y la vergüenza. Pero na, ya le dejo... hasta podría terminar hablando de mi teoría de prótesis, lo cual me recuerda que uno debería tener tatuado el modus tollens en la frente, para recordarle a los otros, a uno mismo cuando se mire en los espejos, que todo falla; es como si el pensamiento occidental, el gran pensamiento occidental, fuera tan cristiano como el prepucio de Jesucristo; hace falta un pecado, un pecado sólo para irse al infierno, hace falta que algo falle, que algo falle sólo una vez para que toda la teoría se vaya al carajo.
Pero bueno, creo que todo esto también divierte.. mas, como todo buen huevón con el mínimo de inteligencia, mejor echaré mano de cosas ya hechas.

Escombros II:

Destinatario post-anulado

Me meto la mano al silencio de la boca
En la esquina el sol se pudre con la tarde
En la cara se desgarra la saliva del párpado

Y sé que ya no enterraré más sublimaciones
En la carne respirando sudor
En el ojo seco del estomago

Barcos se bañan en el aliento muerto
donde la concepción de la oscuridad no gime
Y voy haciéndome cenizas las manos
con la noche, con el calor de los gritos machacados

Esperaré mientras me olvido de sus caras
para meterme a la alcoba de la sangre,
Oxidado clavo fanático de las venas
escupo tus sabores olor a tierra... otro

He calcinado la angustia de la mañana
en sus brazos rígidos de perra muerta
Y aún están ahí los gusanos
comiéndose tus zapatos mientras canto... otro

Respiro el suelo de tu boca carcomida
y estornudo el estomago lleno de excremento
sobre tus pies sobre tus manos de humedad y sangre
y ya no regreso más ya no te quiero nada... otro

Hablaré coherentemente balbuciendo
con la mano que me he arrancado
y la arrojaré por el excusado

Gritando:
Excúsame Señor por haber hablado
Cierra mi boca con tierra de mi tumba
Yo no sacaré la mano más por la ventana

(¿Has creído, Señor, que existes,
que porque te he hablado existes?
Sólo ese instante solo, pero
tu muerte ni siquiera ha dolido.

No te creas de nuevo que te estoy hablando)

En algún lugar, momento del 2000.
Hágase servir del presente texto, la señorita Marilú, como considere conveniente. Sin otro particular por el momento, quedo de usted.

11/5/08

¿Quién dijo qué de la poesía?

(o del día que, estúpidamente, intente matar a la poesía poéticamente)

Nada, no hay nada
donde levantas una palabra;
sólo un rumor cuajado
de suspiros.
Debajo de las piedras
famélicos gusanos,
rozadas lombrices,
un fuerte aroma
a entierro de raíces
y agua que anochece
la tierra.

Nada, no hay nada
donde destruyes una imagen;
(tu construcción del mundo como un tic nervioso)
Sólo un total des-habitamiento
que te congela las tripas,
un cansancio de volver a empezar
que te tiembla las manos
de más fatiga;
un no saber a donde ir
y, aún así, un ansia loca
de empezar de nuevo.

Nada, no hay nada
donde metáfora se entierre
por su propio peso;
sólo una ligera marca.
Nada donde quemare
este papel sobre el que escribo;
sólo un canto de cenizas mudas.

Hay, aún, este momento
de agua y roca derrumbada,
una llamarada que
no ha quemado el cuerpo,
un paso, un sólo paso,
en la hierba muerta.

Y luego, este momento,
el después dela palabra
como fuego, agua o roca,
hierba seca machacada.
El momento en que toda metáfora se vuelve estúpida (digo, como si en verdad hubiera estado escribiendo poesía). El lugar al que toda metáfora se jubila (sólo hay que ver esta última de jubilar a un tropo). El momento en el que quedo vacío.

Pero hay, también, después, mi gozar con la lectura de esta muerte, asesinato del que ahora, ustedes, pueden ser también: ¡culpables!

Es decir,
luego y aquí dentro:
hay después.

3/4/08

Escombros

Estoy seguro de haber escrito esto en algun momento, sólo que no recuerdo mucho quien lo ha escrito...

Las flores se siguen meciendo

La mañana se sube por tu pierna de cristal cortado
a la orilla del cemento
Mientras se resbala mibocara rascando dientes la carne escurrida
La música ya no se detiene ni se para ni se acongoja
con las pierna amputadas sobre el pavimento ensalivado de agua
Y los pastos de la memoria no se quiebran sobre la cómoda que se marcha pestilente
La margarita se esfuma soplando el viento de las sonrisas fumadas
Los escombros sonrosados como bestias en el suelo aporreado
y la casta castra la luna de tu pecho perfumado
Una fruta para el suelo y los mendigos y los pobres de corazón que se les resbalan los cachetes y sus penes altivos y rozados
La cara de los espantos esta mañana mana la espera
Sobre sobres derrumbados de la tarde que no llega ni se va
Y las planchas atestadas hasta el hartazgo y hastiadas se escupen las palabras calentadas
que saben a café sin azúcar y agua
Me queman las manos
No volveré a tocar una plancha encendida
Y qué de su sexo como herida... boca de mamey
Y su boca como sexo de elefante rozado-rosado de las pesadillas
Un charco de baba en la esquina de la boca punzante de carne
Y la punta de los senos coronados de suspiros con los brazos abrasados de brasas
y dormido en el vientre que respira melancolía del nacimiento

Nací un día lluvioso y el sol aún no llega
Lo espero con la boca abierta mientras me ahogo con el agua de la lluvia y la saliva
Cómo hago para respira en este mar de agua-muerto
Nadie me ha dado branquias metafóricas, metafísicas o patafísicas
Paralíticas...

Las flores se siguen meciendo en el silencio de la madrugada
que se vacía de lluvia
que se humedece lúbrica
que se respira la nostalgia en un suspiro mojado...
Las flores se siguen meciendo ha escupitajos del cielo pálido y asmático
y yo me canso más de cansarme tanto...

(...en algún lugar, en algún momento del 2000 (como si ello importara más allá de alguna pretensión que no tengo clara))

10/3/08

“Modus cursi” ou ce qu’on écrit quand est tombé amoureux

A veces es como si una parte ajena a uno se pusiera, bajo esta misma apariencia, a decir cosas que uno pensó no decir. Pero dijo, con toda la realidad de la escritura, con todo lo cierto que somos creer no-ser, la enajenación de lo que somos y no somos alternativamente, y, como sea, una sola y única cosa (si es que esta palabra alcanza para este caso) con planos y territorios fantasmáticos que, además, constituyen un conjunto infinito que, en esos misterios de las matemáticas y las enumeraciones de lo fragmentable, se realiza en un espació concreto. Como el conjunto de Cantor, infinito en un espacio aparentemente agotable y delimitado, tendiente tercamente a su anulación, a su aniquilación, sin jamás conseguirlo por su infinites infranqueable... pero esto es sólo mala poesía de domingo y, tal vez (busco elefantes mojados en las nubes), nada tiene que ver, nada tiene que hacer. Pienso en las cosas del espirito, del alma, de esas cosas, en las que uno nunca deja de ser un recién nacido que no reconoce sus propias extremidades, se las vive ajenas y hasta se las teme. Y mi amor es a veces ese brazo moviéndose allá, aterrador, por una voluntad más grande que no termino de reconocer. El amor sintomáticamente nos vuelve esquizoides... ni siquiera nos vuelve, sólo lo remarca, lo delinea, lo dibuja en el horizonte algunas veces para la conciencia. La pobre que sólo entiende de imágenes y mapas y esta no la puede procesar; el resultado antes de atascarse: “moi est un autre”. Narciso deshojado o una bailarina de valet con una pierna que, al bailar, ya no la reconoce.
Y eso. “Toda la realidad de la escritura”, como alguien dijo apenas hace un tiempo. Lo cual puedo hacer caer y luego levantarse desde la tierra, desde el fondo de lo abyecto:

Siete igual a siete

Todo lo has llenado,
sin estar tú lo llenas.
Te tengo siempre como
ausencia, un suspiro.
Tú eres mi llanto, tú,
o la espera en que
sin estar te espero.

Y eso. Lo que uno escribe cuando está enamorado. “Siete igual a siete”, un verso de siete sílabas más siete versos de siete sílabas de las siete letras del nombre de ella, que, para los curiosos, se forma como un acróstico desorganizado a lo largo de la consunción de la lectura. Lindo ¿no?.
Pero, de nuevo, “toda la realidad de la escritura”. Miro esas enunciaciones yacientes en alguna parte, fuera de mi, de ella; yacientes como desechos bajo el agua en el fondo de un excusado, bajo el terror de que, alguien, por descuido o con alguna intención de origen desconocido (yo, ella o cualquier otro), venga a accionar la palanca para que el espacio quede de nuevo libre. He de sacar entonces esas expulsiones mías de ese contexto, aún que las desconozca, y enmarcarlas justo aquí, como una polución sobre un papel que fijo con un clavito a la pared. Esperando no esperar, esperando, que algo crezca allí: hongos, fantasmas que he de cortar: flores, raíces, otros amores, entre la hierba: que a alguien le haga crecer algo: árboles que nacen desde el fondo de un río: que el agua lleve ruidosa y calma y agitadamente sobre su camino: que crezca allá, en un lugar no visitado: para mi cuando lo haya perdido, para mi cuando vuelva a encontrarlo, para “mi”, sobre este pronombre extranjero.
Seguramente mañana cambiaré, me negaré de haber dicho... con todo el derecho y la responsabilidad de ser yo y no ser yo alternativamente, de ser yo. Un hablante, un escribiente, un eyaculador, un sembrador bajo la cruel fascinación de la cosecha que vuelve a dejar yermo el horizonte, otra vez... otra vez.

***

Y otras cosas:

1 Me duele la espalda y el cuello de trabajar dos semanas sin descanso, engañando, vendiendo a la gente seguros que, seguramente, bajo las trampas de este sistema, no llegarán a cobrar, incluso si estuvieran en todo su derecho.

2 A veces quisiera ser más idiota, idiota en otro sentido, y no pensar en las consecuencias de las cosas.

3 Una cita mutilada de Patocka en un libro de Diarrea... digo, de Derrida: “Le problème de l’histoire [...] doit demeurer un problème.” Siempre hay algo que se queda.

4 Más confesiones: nunca he hecho el amor, sólo he tenido sexo. La sola vez que lo intenté fue un desastre.

27/2/08

No quiero hablar

Mi lengua lamió los labios,
mi boca mordió la lengua;
el habla quedó sangrada.

Las aves yacen en el suelo,
Deshuesadas, irredento.

Cáscaras de plumas
Que un perro acuna
y mece entre sus dientes.

17/2/08

Poesía y destrucción (un tributo y no a Paul Dirac)

4,1,14,9,5,12,1

Cantara el viento, decir, pensar
(Siempre llegan animales de todo tipo a esta casa. Esta vez le tocó a un pequeño pájaro. Las casas, con sus techos, paredes y falsas salidas, no son buenos lugares para ellos.
se perdió en las faltas de este encierro
Se encuentran ahí ante choques evidentes que ponen en peligro su salud, así que no es nada bueno. Además entran en tal grado de desesperación, por lo demás totalmente compresible, que no es extraño que sucedan accidentes.
y aplaudió con las alas el techo
Habituados a volar mucho más allá de los dos metros y medio de altura, y en tal estado de alteración, lo primero que hacen es chocar contra el techo de las casas.

Un insecto o plumas sin viento
Así que van como mariposas obcecadas por las luces artificiales, aunque aprenden rápido y pronto comienzan a volar al nivel adecuado.
En las paredes las uñas enterradas
Las paredes de mi casa tienen cierta textura, así que el pájaro, de vez en vez se paraba en una de estas ya fatigado. Por lo pronto me era imposible atraparlo y decirle donde estaba la salida no servía de nada, así que su desesperación comenzaba a desesperarme.
en la mente las plumas negadas
Un pájara así, es como la cosa más fuera de lugar que he visto en el interior de una casa. Como un jugador de balón-pie con su respectivo uniforme en una cancha de hokey sobre hielo. Sólo podía pensar lo inservible que son las alas para lugares así.

De aquí para allá sin terminar
Y el pobre seguía yendo de aquí para allá sin encontrar la salida, cargando con toda la inutilidad de su biología.
como querer la voz que dejo dentro
Así que comencé a seguirlo con un cierto estado de impotencia, uno no se puede entender con esas cosas y la única forma de ayudarlas es violentándolas.
Pero en el velo quedó atrapado
Por suerte para los dos, mientras volaba hacía una ventana se quedó enredado en la cortina y por fin tuve oportunidad de atraparlo, había que agarrarlo con mucho cuidado par no lastimarlo.

Entonces fue más roto
Justo en ese momento, cuando pude tenerlo entre las manos, comenzó a emitir un sonido despavorido, verdaderamente desgarrador y evidentemente no había forma de tranquilizarlo.
No era yo en mis manos aterradas
Hacerlo callar sólo habría sido posible terminando con su vida, tal vez por un momento pasó eso por mi mente y mis manos temblaron. Era una sensación horrible en verdad.
en mis manos destrozadas
Era como cargar con algo verdaderamente frágil, una bomba que podría activarse en cualquier momento. Sólo me quedó hacer algo de empatía, evidentemente no lo mataría. Y lo cierto es que si yo estuviera en su situación seguro proferiría sonidos similares.

Era él la vida terror a terminar
Era, finalmente, comprensible semejante terror, una total impotencia. Yo podría haberlo lastimado en cualquier momento y no quería hacerlo. Era difícil sujetarlo con delicadeza y fuerza a la vez, de forma que no fuera a escapar antes de que estuviera en una zona segura.
Cantó cristales rotos en los tímpanos
Y seguía emitiendo esos sonidos que comenzaban a producirme una terrible tristeza. Sólo podía ver lo patético de mis manos al contenerlo. Lo desmedido de cualquier tipo de sentimiento que tuviera por él, porque jamás formarían parte de él, de su percepción.
el temor-la-muerte en mis manos
Sólo me quedaba tener esa terrible sensación de cargar en las manos con el temor de todo lo vivo ante un posible fin.

Lo doy a su libertad sin este encierro
Pero por fin pude llevarlo fuera de la casa, dejarlo ir. Inmediatamente salió volando y desapareció en la lejanía. Seguro no volverá a atreverse a ir más allá en el interior de una ventana.
de cemento y de resinas carcajadas
Nunca, espero, querrá volver a pasar por ese terror de quedar atrapado en un lugar tan lejos de su realidad, tan antitético a su naturaleza.
Todo se va rompiendo...
Y yo, voy sintiendo como se va, como nunca dirá nada, como no voltea, como nunca podré decir de forma literal [si ello existe de alguna manera] eso que se queda cuando lo dejo irse...)

Todo ha quedado roto en mi

Se va, como por el agua a veces el río
Como por los pies el suelo
Como por las nubes a veces la lluvia

Se va, como por el dolor a veces el llanto
Como por el amor un beso
Como por este llanto mis lágrimas

Se va, como por mi voz lo que he dicho
Como por mis pensamientos van los tuyos
Como por la felicidad a veces la risa

Le doy los pies al suelo
A mi boca una boca que aún no conozco
A mi pensamiento las palabras

Mi voz siempre rota-titubeante en el precipicio

Le doy, sus alas al viento...

(Cynthia escribió ese día en la lejanía: “ya ha pasado mucho tiempo vrd...”. El pájaro me la recuerda. Al dejarlo ir, deletreo, siete letras que no repiten su nombre... si tan sólo.)
Pero después de dejar ir las cosas queda algo, entonces, hay que empezar a dejar ese “dejar ir”, ese malestar que el “dejar ir” deja y empezar otra vez y de nuevo, otra vez...

5/2/08

No sé de qué trata este largo post

(teorías-vida-estadodeánimo)
Yo, un día, hace unos días, estaba triste o algo parecido, en realidad no lo sé y tampoco sé por qué, así que invento algunas teorías. Siempre invento teorías, algunas muy estúpidas, extrañas... creo que como sea (aquí viene otra teoría) no tenemos certeza de nada y sólo nos quedan las teorías de las cosas (“cosas” quiere decir lo que sea... por otra parte, algún tipo listo vendrá a decir que, luego, tenemos la certeza de no tener certeza de nada... el lenguaje, la mierda y todo se va a la mierda), mejor si no están tan equivocadas. Pero lo cierto es que ni siquiera podemos vivir verdaderamente la vida, demasiada compleja (no quiero decir complicada, es otra cosa), ni la conciencia ni, siquiera, la “inconciencia” dan para tanto. Y es que es desde ahí o allí, desde esos lugares que se la vive, desde esos lugares comunes a mi, a los otros (a los que reconozco con una mirada, que me reconocen con otra mirada, como el testimonio de una distancia insalvable, permanente), pero como digo, no dan para tanto; todo el tiempo partes de la vida, de nuestra propia vida, se nos están escapando, por más concentración budizenchaulintaoislamangadelmuerto que hagamos. Una voz misteriosa, la de tu conocidísimo sensei Kuachi-Machi-Kachi, te dice: “vive el presente”, y uno: “qué.. ¡ah (obtemperando [asientiendo pues, para los no-nerds o ratón-de-biblioteca-gusano-de-libro como yo])!.. ¡puta! ya se me escapó, ¡puta! ya se me volvió a escapar por pensar “!puta! ya se me escapó”, ¡puta madre! Ya se me volvió a escapar por pensar “¡puta! ya se me volvió a escapar por pensar “!puta! ya se me escapó””, ¡reputisimamadre! Ya se me volvió a escapar por pensar “¡puta madre! Ya se me volvió a escapar por pensar “¡puta! ya se me volvió a escapar por pensar “!puta! ya se me escapó”””... (rubato, ad infinitum, tempo libero... no sería lindo que uno pudiera poner indicaciones así como en la música escrita: ironicus vivace o sarcasmicus dolorosa o etc.). Pero bueno, el punto es que no sé. La primer teoría al respecto de mi estado de ánimo fue muy falsa, la segunda estuvo mejor, un poco más congruente, aunque igual eso no quiere decir nada, sólo parece más adecuada, de acuerdo con el estado de ánimo por el que pasaba. Pero quizás un día lo hable, lo haga hablar o lo haga existir con palabras para alguien, en un momento adecuado, si acaso los hay.. sí... un día, talvez, y yo diga “...recuerdas ese día que estaba triste, tú?... pues todo empezó así, esa vez, luego pasaron las otras cosas... y eso y ya y...”. También tengo siempre la opción de decir:
“- En realidad casi no te lo puedo contar. Imagínate que al llegar a Marte un tipo te pidiera que le describas las cenizas.” (Cortázar)
(Diálogos simulados)
Y justo ahora cambio más o menos (últimamente soy puro “más o menos”, me doy asco) de tema. Creo que eso sería una evasiva poética, las cenizas tienen siempre ese tono. Pero un marciano podría pedir que le describas las nalgas, y de un marciano uno puede pensar que no tiene un análogo de nalgas en su cuerpo que nos sacara rápido del problema. Señalarle las nuestras quizá tampoco baste. El problema está en que si uno dijera algo así, “imagínate que al llegar a Marte... etc.”, no queda claro qué es lo que uno quiere decir. ¿Es porque, incluso si un marciano hablara español y tuviera más o menos estructuras similares de pensamiento, no se lo podrías contar, es decir es simplemente difícil, más, imposible de explicar, o es porque tal vez no podría haber una traducción?... A los filósofos anglosajones les gusta pensar en esas cosas, recuerdo haber leído algo así en Putnam refiriéndose a otras teorías de otros tipos de otros lugares en otro tiempo. Por ejemplo, si las estructuras de pensamiento entre dos “hablantes” fueran muy distintas, una traducción seria muy complicada y no podría haber un verdadero diálogo, como si uno dijera gato señalando ese animal, mostrando ostensivamente lo que significa gato pero en la mente del otro sujeto no se entendiera igual, como en vez de “gato como un todo” el otro entendiera “partes separadas de gato”. Aunque pareciera que se están comunicando, estrictamente no lo hacen, es más un simulacro de diálogo; uno dice gato y el otro dice gato, pero no entienden lo mismo, aún cuando los dos señalan la misma cosa. A veces me pasa así con algunas personas, parece que hablamos y nos comunicamos, pero lo hacemos muy a medias.. Bueno, sí, sobre todo con las mujeres, pero de esto no deduzco, en lo que a mi experiencia se refiere, que mis estructuras-mentales sean esencialmente diferente a las de las mujeres. Talvez así sea, pero bueno, el punto es que no hablo mucho con hombres, o con la mayoría tengo sólo conversaciones superficial, incluso si hablamos de los temas más elevados de este mundo de chiste; luego no tengo suficiente material para hacer un diagnostico diferencial (yo y mi pinche ansia de escupir metáforas baratas). Así el hecho de que discrepe, o tenga esa sensación más con las mujeres, es, probablemente, sólo porque es el caso que hablo más con ellas. Y, por otra parte, esto es, más o menos (de nuevo dubitativo), una contradicción. Sí digo que hablo más con ellas, que es con ellas que tengo conversaciones menos superficiales y luego digo que es con ellas que tengo más esa sensación de hacer sólo simulacros de diálogos, de representar sólo, sin que tenga verdaderamente lugar cualquier posibilidad de dialogismo; qué chingados, entonces, estoy queriendo decir? Por el momento no sé. Así que cambio de tema.
(hombres y mujeres)
Creo que los hombres son feos... aquí debería usar esa estrategia sartriana de solidaridad con el otro, con el acusado, como “creo que los hombres somos feos”, pero no estoy seguro de ser un hombre, luego, tampoco estoy diciendo que sea gay, si no creo en Dios tampoco creo en el Diablo, o si le quitas la noche al día pues quien sabe que sea, por eso no creo en los monopolos magnéticos, por eso pienso que Paul Dirac estaba loco, que los físicos están locos, claro, aunque tengan toda la puta razón del mundo... eppur si muove (sin embargo se mueve) y todas esas cosas con las que vendrían a callarme la boca. Regresando, decía que los hombres me parecen feos, desde mi concepción estética demarcada en lo agradable y lo que puedo considerar bello (en un sentido limitado del término), así, simplemente me desagradan, los encuentro sin gracia, creo que en este sentido si debía decir “nos encuentro sin gracia”, incluso mentalmente, demasía básicos, así sean muy inteligentes, sin gracia, minimales, animales des-graciados y algunos desgraciados (aunque eso lo comparten con algunas mujeres).
Creo que esto es una perversión, pero qué sería uno sin esas cosas. Del otro lado queda entonces mi admiración por las mujeres, el placer de sólo verlas, todos sus gestos, tan ávidos, que sé yo, todas ellas tan complicadas. Y aquí ya no sé cual sea la perversión y qué sea consecuencia de qué: de mi desagrado por los hombres nace mi admiración por las mujeres, o de mi admiración por las mujeres nace mi desagrado por los hombres. Hay que jugar a la patafísica, el huevo o la gallina, mi respuesta es que ninguno de los dos, pero si hay que dar una respuesta diría que la gallina, el problema no es irresoluble pero no estoy de humor para resolverlo hoy. Así que esto se está acabando.
(Detritos)
*Queda, una confesión: creo que me enamoraría de cualquier mujer que llorara frente a una “obra de arte” por el puro hecho de encontrar algo ahí ante lo que no había otra cosa que hacer. Sería tan patético y tan bello, que yo, a mi vez no podría hacer otra cosa.

*Queda, una aclaración: no tengo la menor idea de por qué terminé hablando de esto, pero aseguro que no lo hago porque la mujer esté de moda, porque quiera ganar adeptas, como esa táctica nefanda de Dawn Brown o como vergas se llame el estúpido que escribió el Código Da Vici. Digo: “Ahí donde se la ‘libera’, donde se la ‘deja hablar’, no se hace sino hablarla, esclavizarla, se la usa.”

*Queda, labor comunitaria con mis comentarios hiper-optimistas sobre critica-literaria-entrespatines de las últimas novelas que he leído:

“El primer hombre” (Camus): Malo, ni siquiera terminé de leerlo y nunca había hecho algo así. Se la pasamos porque lo sacaron de los borradores que llevaba consigo el día que falleció.

“La insoportable levedad del ser” (Kundera): Buena onda, si le quitas las primeras páginas donde habla de Nietzsche y de mamadas filosóficas que ni son tan relevantes y que ni venían al caso, si no fuera de una forma accesoria.

“Ensayo sobre la ceguera” (Saramago): Está bien, mientras no te llegue esa sensación de que es sólo un buen tratamiento, más o menos original, de la típica historia de zombis por contagio o de una pandemia (tipo “La peste”) como motivo para tener reflexiones profundas sobre la condición humana.

“El evangelio según Jesucristo” (Saramago): Divertido, como que la tentación que hace el Diablo a Jesús es zoofílica, ofreciéndole que apacigüe sus deseos carnales cogiendose un cordero. Y está linda la historia de Jesús y María Magdalena, también cuando Magdalena se coge a Jesús. Triste, que Saramago no va más allá de hacer del mito de Jesús una tragedia griega.

“Rayuela” (Cortázar): Recomendable. Pero tampoco está tan acá como se la dan los Argentinos. Estructuralmente es como un libro con las notas al final en vez de al pie de página. Si se está de humor para ver otra cosa, pues bueno, siempre se trata de eso, como ver elefantitos en las nubes.

PD: Igual todos son buenos libros, sólo que mi mamá no me enseñó a adular. Y mamá aparece siempre que me pongo de mal humor, y talvez estoy de mal humor. Si fuera un critico, seguro todos los artistas me odiarían y utilizaría recursos como que “es mi envidia”, “mi frustración porque yo no tuve imaginación para escribir un libro”, “etcéteras”; así es-somos la gente

*Queda, la frase del mes (una proposición útil para las discusiones): “Rien n’est nécessaire dont l’opposé est possible.” (nada que su opuesto sea posible es necesario) Leibniz

*Queda, lo último que pudo registrar mi cuerpo en la pantalla, sobre mi tesis, antes del pasado bloqueo de mi cerebro:

“Nudo gordiano, impasse, quiasmatismo irreducible, a-irredentible reducto, más, un reducto sin puertas ni ventanas, un trompe la lógica, trompe la consistencia. Lo mismo, más problemas del lenguaje, de uso, de polisemantismo, de “incocistesismo”, de desdefinicionismo, de a-conceptualismo, de la historia (por si no fuera poco) de este mismo nombre, “de las historias de la historia”. Invocar más paradojas. Y el problema ni siquiera termina allí o ahí, ni siquiera es tan simple; no es esta simple abstrusidad.”

¿Qué? ¿Me lo puede repetir?

Creo que igual que los modernos no podían ser no-modernos en la modernidad, nosotros no podemos no ser posmodernos en la posmodernidad.

Na... que va... Mañana podría ser un cavernícola, si quisiera.. pero como no quiero.

Bueno: Disfruten... o sufran o guatever: vous n'etês pas obligé.

30/1/08

Mientras miraba él cerrarse los ojo de ella

Estaba la puerta del cuarto cerrada mientras él miraba. Había un frasco abierto, tirado sobre la superficie lustrosa del mueble cuyo nombre aún desconocía. No lo había pronunciado aún del todo. Sólo mamá, con los labios muy pegados. ¡Mamá, mamá! uno contra el otro y en medio ese sonido que encarnaba aquella presencia, que llamaba a ella con esa palabra tan adecuada. Como cuando le daba de su pecho y entre los labios de él estaba ella; sin aún ser llamada.
Miraba él, entonces, el frasco, como una cosa extraña para jugar, que derramaba fragmentos de colores, cuyo concepto específico de fragmento no le interesaba. Sólo pensaba jugar con ellos, quizá morderlos un poco. No pensaría que no todo lo que brilla es oro, y que aquello que parecía tan bueno a la vista sería tan malo a la lengua. Únicamente después de morder uno de estos había quedado totalmente convencido de que aquello no era para comerse. “Guaaag”, profería su pequeña boca y de ella escurrían pedacitos de gelatina coloreada e insípida y una sustancia blanca extremadamente amarga como las semillas de limón que alguna vez había mordido en otro experimento parecido. Escupía, la saliva se derramaba desde su boca atravesando la barbilla, veloz pero no tanto, y se impactaba en su playera, donde el acto quedaba registrado. Como lluvia en la banqueta o un recuerdo que caduca pronto.


Era extraño que ella no viniera a increparle por sus actos, alguna mirada severa que esperaba a sus espaldas, su voz en un tono muy distinto de cuando ella lo tomaba en sus brazos y lo retenía un momento oprimiéndolo contra su pecho. En ese momento sólo a él quería, únicamente era él, y no tenía que hacer nada, sólo él, sólo ser. Y para ello no se había esforzado aún demasiado. Más ella, con su sufrimiento de madre y los dolores de parto y los eternos días de gestación, mareos, vómito, engordar, las estrías del vientre y todo aquello, el llanto, toda esa esperanza que se atora en la garganta y no deja hablar. Aún así no venía ella a hacer reclamo alguno, a decirle “No” y que no lo volviera a hacer.
Permanecía en la cama ¿Dormida? ¿durmiéndose? Pero el hecho era que mami no venía al rescate. Después de ese escándalo, después de esos sonoros guácala irreproducibles, de esas ruidosas y viscosas escupidas, mami, no venía y no vendría probablemente.

Él no debía de estar ahí, ella lo había dejado afuera, solo, como pocas veces, tan pocas que no recordaba ninguna. Lo cual incrementaba su extrañamiento. Ella no sabía que él ya podía perfectamente abrir las puertas, que había aprendido ya ese truco de girar el picaporte con cierta presión sobre la puerta de forma no se hiciera ruido. Y se había metido sigilosamente, porque no podía estar sin ella. Su extrañamiento no era menos ante esta situación. “Mami ya no funciona”, como la había escuchado decir del televisor, “no responde”. Mami duerme, como cuando “duérmase mi niño, etc., etc.”, pero nadie le había cantado esa canción a ella.

Entre-miraba ella salir el viento, salir o entrar por la ventana. Salir, entrar, que más daba, ella nunca atinaba a saberlo y nunca lo sabía. La blanca cortina se extendía como una ligera mano de espuma, y en sus ojos se tendía un cansancio plúmbeo que le oprimía el estómago. Subía todo desde allí, como una calma acidez que le llovía los ojos derramándose sobre su rostro. Y qué más daba la ventana abierta que había olvidado cerrar ¿llovería? ¿Se metería el agua? Y qué más daba y qué importaba ello. Todo había quedado en silencio desde hace un rato, desde que aquello había comenzado a hacer efecto. Sus manos, sus brazos ya no estaban, habían desaparecido. Sólo estaban ahí tendidos como cadáveres, como el cuerpo inmóvil de un paralítico. Ya no diría su boca palabra alguno: cállate, estúpido, vaya por ahí, gracias, muchas gracias, encantado de conocerlo. Y qué importaba ello, extrañaría no poder decir más “No” a él y “ven papi, duérmete aquí con migo bebe”, como cuando las noches eran tormentas y él no podía más estar sin ella, como cuando él antes era ella.
Sintió entonces un ligero movimiento en la cama que se sacudía, como un pequeño mareo. Ella no podía voltear a ver. ¿Qué sería aquello que se movía hacia ella? o ¿Comenzaba a delirar? Su cuerpo se ponía tenso en un enorme esfuerzo por mirar y ya no conseguía moverse, ni siquiera sostenerla vista.
Apareció luego él frente a su cara con una enorme sonrisa: “¡Mami duerme!... ajaja”, mal pronunciado con sus voz de niño. Sintió ella un enorme dolor en el pecho como si quisieran arrancarle alguna parte de su cuerpo que ya no estaba. No pudo moverse, sólo su mirada, parpadeaba y comenzaron a escurrir ríos de lágrimas que viajaban sus mejillas y se despeñaban en los límites de su rostro. Él, no pensaría aún en la partida de la madre o en la partida de la madre o en la partida de la madre, ni en la madre partida o la madre partida, únicamente sonreía, con su sonrisa chimuela, con su sonrisa tan bien construida desde muy chico.




–¡Mami, mami, tengo hambre! (Las últimas palabras que los oídos de la madre alcanzan a registrar, medio borrosas, medio ahogadas)



Miraba él cerrarse los ojos de ella, sobre los que se acostaba la cansada muerte diciendo adiós con las mojadas pestañas. Una última lágrima cayó, no produjo sonido alguno, como a veces la vida cuando parte.

20/1/08

Terrorismo religioso-astrológico-metafísico-ciberespacial

En los millones de información que inciden en una cuenta de correo electrónico se encuentra aquella constituida por las cadenas. Cuyo género se halla dividido en diversísimas especies: las de apoyo comunitario, las del fraude descarado, las de chistes malos o buenos, las de los buenos sentimientos, las que servirán para salvar el mundo, las que generarán alguna insipiente conciencia social, las vulgares, las violentas, las falsas, las no escuchadas, las que están de más, las de alguna imagen o suceso espectacular; las que, en fin, simplemente viajan como detritos en las tuberías ciberespaciales desprovistas de todo olor como amenaza posible, señal de peligro, fétida premonición para desvelar el riesgo que se corre en abrirlas (alguna de las desventajas de nuestra cultura audiovisual, de la mirada escamoteada por los ojos pegados alas pantallas, de los oídos conectados a los altoparlantes).
De estas, están también las terrorista. Las que, ocultas tras una manto de “nada te cuesta”, “nada pierdes”, “no pasa nada”, se pavonean en nuestra bandeja de correo y circulan como la mierda en las cañerías, ahora des-cualificadas de algunas dimensiones estésicas. Están las de los lindos pensamientos filosóficos-orientales en las que te incitan a construir tu propio camino, a tomar las riendas de tu propia vida y, con nuevos bríos budístico-vegetarionos, dirigirte a mejores tierras plenas de abundancia y felicidad; acto seguido eres amenazado con años de mala suerte si no haces circular las amenazas, ese pequeño toque terrorista, sintomático a todo lo sobre natural. ¡Haced circular el terror de lo indesidible, dueños en potencia de su vida, únicos culpables de sus actos! Pequeña contradicción, supongo. Eres tú el dueño, lucha, y más y más “buenas-enseñanzas” de gurú de revista de caja de supermercado; para luego: "¡que siete años de mala suerte caigan sobre tu cabeza!" y más, y más, si no te sometes a hacer circular estos buenos sentimientos y buenísimos pensamientos. ¿Es que somos tan idiotas?..
En domingo la gente hace fila para devorar el cuerpo de cristo, luego de defecar en los excusados acústicos de los sacerdotes... que la palabra te salve, la confesión cura, habla, vomita, escupe, los oídos son alcantarillas, de sacerdote o de psicólogo...Y ya, no quiero ponerme violento. Pero son estas cosas, pequeñas, irrisorias, esas de “no pasa nada”, “nada te cuesta”... sólo las amenazas con años de mala suerte, o, peor, te morirás, te quedaras sin trabajo, algo le pasará a tu familia.. pero sigue, ve, que esta virgencita es buenísima, toda bondad, caridad... pero si no la haces circular, te saldrán hemorroides... Son esas pequeñas cosas, las que, en un sentido ético, no se distinguen de poner una bomba en un supermercado; tienen esa misma forma, se siguen valiendo del terror, del miedo.
Si es que somos tan burdos, tan elementales, de menos concibamos mitos útiles: 100 años de mala suerte para el que viole un niño, 100 para el que abuse de una mujer, para el que abuse de un hombre, 5 si le das una mordida al poli, 10 por quedarte callado frente a alguna injusticia, 100 más si por tu mente pasó el pensamiento de “no es a mi: yo no soy mujer, yo no soy niño, yo no soy campesino, yo no soy indígena, etc.”.
Se escucha todo esto tan simple y tan infantil. Ojalá las cosas fueran tan simples. De acá no se teme a veces ni el infierno, ni perder el paraíso; sólo de vez en vez hay un “más vale”, “no vaya a ser”. Del otro lado del mundo la gente se hace explotar, se dispara, se persigue, se amenaza, hace nacer el terror, lo siembra, lo cosecha... nosotros lo recibimos en recaditos electrónicos (“sí, mejor lo reenvío, no vaya a ser”), crece subrepticiamente en nuestra mente, nos satura livianamente (como esa pequeña sensación, trago saliva, cuando de pronto decimos “a la verga con Dios”, temiendo que un rayo nos caiga en la cabeza, venido directo desde el cielo, puro y tremendamente cálido, hasta el punto de la fundición corporal).

En fin... a la mierda con el terrorismo, vístase como se vista.

12/1/08

“un año nuevo” escrito con una pluma bic en un papel arrugado – “un año nuevo” impreso en papel bond


A veces tengo esa sensación de comenzar a volverme aburrido, aburrido para mi mismo, lo cual es trágico. Si alguien más te aburre es sencillo (bueno, quizá no lo es, pero existen las opciones), sólo te das la vuelta, inventas algo. Con los otros, todo depende de quien te aburre, si te importa ofenderlo o no, hay opciones. Pero si te aburres a ti mismo no hay escapatoria, no puedes irte de ti, no puedes darte la vuelta a ti mismo; de menos no en un sentido literal (así, que nadie venga con mamadas). Seguro el intentar algo así te quita el aburrimiento, aunque, talvez, después vuelva... y no sé cuantas veces funcionaría eso, ese intento fallido de ignorarse a uno mismo, igual se volvería aburrido. Debe ser como la dinámica de la TV, encuentras alguna estupidez nueva y pasas un rato, luego se vuelve aburrido, si la repiten, incluso si no la repiten. Es más, es que en la TV todo se repite, incluso cuando parece no repetirse. Y es que uno no repite lo superficial y banal, repites un plato del pozole de la abuela porque se acerca a lo sublime, tantos sabores entremezclándose, texturas y consistencias. Eso está ahí como un salto, como el vacío en el estómago que sientes cuando desciendes precipitadamente, sin tener de donde asirte; algo que sería como un momento estético. Lo cual necesita cierta concentración, o alguna cosa semejante; como tener un orgasmo, o su respectivo consecuente religioso-espiritual, al comerse una ostia, al comulgar. Talvez, si las religiones no fueran igual de superficiales que la mayoría de las relaciones interpersonales. Por otra parte, este lunar de entretenimiento, en la inmensa y uniforme existencia, es lo mismo que el gozo, tan noble, tan flexible, tan incluyente. De suerte que uno puede tener momentos estéticos al olerse los dedos después de meterlos en el sobaco o de rascarse la entre-nalga.
Creo que esta sensación de aburrirse es un poco como quedarse algo vacío de no tener nada que decirse a uno mismo, lo cual es verdaderamente algo extraño en mi persona. Si existe una razón por la que la mayor parte del tiempo estoy en silencio, es porque me hablo mucho y me entretengo a mi mismo, soy divertidísimo para mi mismo, con esta inmensa capacidad de introspección inversamente proporcional a mis aptitudes y actitudes para sociabilizar. Mi narcisismo está en eso, no en mirarme en un espejo, en ver mi imagen sensible y perderme en ella, quedar fascinado por mi mismo hecho otro, de volverme sensible en un reflejo, en los restos del crimen de existir yo, sino en pensar la imagen de mis pensamientos, dialogar con ella; soy el mejor conversador con migo mismo, me fascino de esa “imagen” no sensible; la mente se muerde más fácil la cola que un ojo, sin necesidad de espejos.
Lo que sea, puedo pensar que es el inicio del año, pero la verdad eso no tiene nada que ver, no para mi, finalmente el año nuevo no significa nada, ese año pudo empezar en cualquier momento. Si, seguro hay alguna razones por las que se decidió que el año empezara en tal momento, o, bueno, quizá sólo sucedió, como nacer. Pero que tan significante es que el año empiece, es tan significante como que perro se diga perro y no escupir. Supongo que finalmente tiene la importancia que cada quien le da, igual que el aburrimiento, es contextual. Es probable que este estar aburrido de mi persona sea entretenido para alguien, y que mi estado de no aburrido sea terriblemente aburrido para los otros, cosas así. Siempre queda alguna forma de relativismo larvario que nos podemos sacar de... lo que sea.
Finalmente descubriré que no puedo aburrirme a mi mismo. Es como un mecanismo anti-suicidio que aprendí cuando pequeño. Ese, como el de subirme la bragueta después de ir al baño, que hace unos días perdí por unos momentos. Talvez pasa algo semejante, sólo tendré que practicarlo unos veces concientemente, después se volverá automático. (ja, los disparates que puede uno pensar). Como sea me quedan los momentos estéticos, puedo inventarme uno de lo que sea, a veces un sólo ruido un tanto complejo basta, para sentir placer, un beso, unas palabras, dejar entrar el frío por la ventana (hoy hace frío).

***

Hablando del año nuevo, creo que nunca le he toma una verdadera importancia. Y eso de los propósitos no es para mi, además doce propósitos podrían ser una exageración. Todo depende de los propósitos, claro. Como sea todo se ve siempre igual respecto de estas cosas, la gente es la que hace que se vea diferente; es como todo un grupo de personas con la cara frente a un muro, que piensan, en conjunto, que si voltean la cara les darán un balazo, cuando no hay nadie para dispararles; pero nadie se atreve a voltear. Nosotros sólo nos ponemos optimistas, igual que cuando damos la vuelta a la página; pero es más o menos posible darle la vuelta en cualquier momento. Como sea creo que no escribiré ya más al respecto, simplemente no creo en el año nuevo como no creo en G-su-Cristo, ni en las Hadas de los dientes.
(Al parecer esto mismo refleja mi estado emocional, mejor que algún intento seudo-poético de escribirme).

***

Pero ya.
Ahora mismo, les cuento los pormenores de las últimas horas de mi vida. Sólo por el placer de arrastrar el cursor con el teclado..... Soy bueno y afortunado (cursi): ayudo a una amiga a reparar su comedor y una amistad es en verdad como tener un tesoro... Misterioso (cursi): la perra que había llegado a mi casa, fueron por ella sus “dueños”, hace unos días llegó otra y unas avispa llegaron a casa a construir sus nidos, hoy la misma perra de antes llegó a casa de mi amiga y se echó afuera cuando salí me siguió a la tienda y me sigue... Igual: sigo escribiendo la tesis... Fragmentos de un poema (cursi): “Has construido tu casa has emplumado tus pájaros has golpeado al viento con tus propios huesos has terminado sola lo que nadie comenzó” (A. P.)... Nota sin importancia: Escribiré historias cursis y no tan cursis sobre el suicidio (como una campaña contra el suicidio que nadie va a entender y como mi oscuro intento de poner de moda lo cursi sin que nadie se dé cuenta)... Promesas (a la pequeña cuarteadura de la pared de mi cuarto): prometo no-dejar de masturbarme tan seguido... En los intersticios: los grillos me fastidian, es como salir a la calle y gritar “quiero coger” (en sí, no es que me paresca que está mal, es que tienen esa costumbre que maldigo de comzar a gritar justa cuando cierro los ojos)... Encuentros-sin-destino: CocoRosie es como encontrarse una flor entre un reguero de flores muertas, o una flor muerta entre flores vivas, por algún misterio no-divino... bien si se está de humor para lo kitsch y para las flores... Se queda esa flor:



Buenas noches...