14/4/09

Regresado

Finalmente terminé en otro lado, uno que no mira ni hacía el este ni al oeste, más bien hacia el sur, un poco al oeste. Así que allí, el sol ni nace mojado ni se muere ahogado. Extrañamente no había pensado en esa posibilidad. La vida se llena, quizá justamente en los vacíos, con el significado que le damos a las cosas, a los lugares, a los momentos, a las personas; aunque pasa, también, exactamente al revés. Como sea, no ver el sol muerto en el límite del agua, ni esperarlo para señalar el inicio del día (algo que nunca he hecho, mis días no nace, mueren), fue visionario.




Cierto, ya no me atrevería a arrancarle la tenaza a un cangrejo… de hecho, creo que nunca lo hice. Menos, claro, si es un cangrejo ermitaño.




Pensaba contarle mi secreto a un hoyo hecho por un cangrejo en la arena, como esa historia en “in the mood for love” y en “2046” (que acabo de ver ayer y me hizo llorar, y sí, soy cursi y qué), que dice que los antiguos chinos cuando tenían un secreto que no querían contar a nadie, subían a una montaña y buscaban un árbol en el que hacían un hoyo y le susurraban el secreto, luego lo tapaban con barro. Mi método tenía la ventaja de que la pleamar se llevaría el hoyo con todo y secreto. Sólo que una vez allí, me di cuenta que ya no había secreto que contar, que el drama se había acabado, que cada vez queda menos de todo y más de sólo un nombre de siete letras, como el zurrón que dejan algunos insectos para poder crecer, un espacio vació que guarda apenas las reminiscencias superficiales de algo que fue, que no es un camino sobre el cual podríamos volvernos. Parece que siempre estamos al borde del olvido, de olvidar y ser olvidados. Sólo la persistencia, y la insistencia como algo que fue y quiere seguir siendo nos aleja de ese emborronamiento, como volver siempre a dibujar una imagen que a diario es borrada. Un rio nunca es el mismo, pero insiste siempre en parecerse a lo que fue a cada instante que pasa; aunque la lluvia y nuestras manos le jueguen chueco. Entonces, recordar no es volver a vivir, revivir lo pasado, sino que revivir es construir el recuerdo, volver a escribirlo para que no se pierda, cada vez, entre paso y paso, momento y momento, quizás un poco como el teléfono descompuesto.


[Tembló mientras estaba acostado prácticamente sobre la tierra, quizá será lo más cercano que estaré de un temblor, de la tierra… como cuando recostada mi cabeza sobre su vientre le gruñeron a ella las tripas… sólo olvido, aún se dibujan ciertos recuerdos (como no recordarte mientras el agua salada me lame los pies, una y otra vez, y las olas suenan como el estomago de una animal con un hambre milenaria, que se vuelve a dibujar, cada vez, un poco diferente, un poco igual); no obstante…]


12 comentarios:

ésa que no soy yo dijo...

Toda pasión es una deuda con el pasado...

Akisuki dijo...

yo... y..yo.. tenia un cangrejo asi :'( niaaaaa se llamaba teodoro lo queria mucho :'( muriooooooo y llore

Isolda dijo...

Alguien a quien quiero mucho me decía que los vacíos sirven para llenarse´...Entre más vacios haya, más posibilidades habrá para llenarlos de las cosas que queramos. Creo que tiene razón.

°venganza dijo...

ésa que no soy yo: y si le debieras al futuro parte de tu pasión?... quizá ninguna pasión puede venir del futuro, pero puede ir hacía allá, o puede venir de la idea de futuro. Quizá pasado y futuro son sólo dos ideas difusas que pretenden describir dos lugares inexistentes; aunque existieron o existirán. Pero la pasión, la pasión... nosotros se la debemos al presente, al lugar insostenible que éste nombre quiere significar. Se vive más sin ganas. Hace falta. Quisiera que la gente callera muerta de tristeza por una decepción amorosa, que lloraran al comer un bolillo caliente, que guardaran silencio incluso el resto de su vida si creyeran que no tienen nada digno que decir, quisiera que hicieran la guerra , que rieran hasta el desfallecimiento, que pelearan a mordidas si tuvieran las manos atadas… quisiera.

Akisuki: Yo también tenía uno cuando niño, jamás tuvo nombre. Habría sido un crimen ponerle uno. También murió, vivió un tiempo alimentado de lechuga; quizá yo lo maté. Desde entonces jamás he vuelto a traer a casa nada del mar que esté vivo y no se coma.

Ela: sí, yo pienso igual. También está bien dejar que las cosas sean, pero sólo lo justo. Aún me parece extraño por qué algunas personas me juzgaron, o me juzgan, de desesperanzado, cuando lo que intentaba, intento construir era el nihilismo como algo positivo. Quizás el vacío da miedo, porque nos hace responsables de lo que echemos ahí, pero sólo uno podría juzgarse. El vacío es infinito aunque ocupe un solo espacio.

MIN... dijo...

Pues como el mar se lleva la arena, el tiempo finalmente se llevara tu recuerdo, o al menos los detalles que te permitirian tener un recuerdo digno. Muchas veces es mejor el olvido...

Xénit dijo...

Me encanta tu blog. Fue una suerte haberte encontrado.

älice dijo...

Hay una historia de un rey que le contó sus secretos a un bufón, este al tener el remordimiento de guardar el secreto se lo conto a la tierra, de ahí nació una cosecha la cual delató al rey, y ya no me acuerdo que paso, todo es tan confuso.
Bonitas imagenes.

Anónimo dijo...

"arece que siempre estamos al borde del olvido, de olvidar y ser olvidados"


tristemente es cierto, sin embargo creo que existimos en la medida en la que alguien nos recuerda, al dejar de ser recordados perdemos existencia :(

°venganza dijo...

MIN: no sé el mar se lleva la arena pero trae otro y en cierta forma parece que nada pasa. Pero sí, el tiempo hace que los detalles de lo vivido se vayan borrando, es como hacer un dibujo de algo, luego hacer un dibujo de ese dibujo y un dibujo del dibujo del dibujo, etc.; unas cosas se agregan, otras se pierden pero el último dibujo, el que podrías tener tal vez en el lecho de tu muerto, no se parece nada a la fuente. Los recuerdos son esos dibujos, hacer esos dibujos tal vez es intentar revivir para conservar los recuerdos, restaurarlos del olvido; pero el olvido siempre es más tenas, y precisamente lo es menos cuando queremos olvidar, porque querer olvidar es estar reviviendo y redibujando los recuerdos… Pero sí, a veces, sólo a veces, sería mejor olvidar.

Xénit: Pues, gracias, creo.

älice: Ándale, que tal y me pasaba así. Yo se lo cuento a la arena, el mar se lo lleva, y luego se lo anda contando a todos los vacacionista que anden por ahí… jaja.

.: Quizá lo dices así como intuitivamente, pero desde ciertos planteamientos es justamente así. No es que el hecho de que alguien nos olvide baya a afectar el ente, la realidad que somos, olvidados o no olvidados, vistos o no vistos, escuchado o no escuchados. Pero existir es ex_sistir, es salir de esa masa inabordable que es el ente o la cosa o como se la quiera llamar, pero en ese sentido, existir es siempre para otro, sólo existimos para el otro, existimos para nosotros mismo en la medida en que somos otro, en la medida en que nos enajenamos (nos hacemos ajenos) y somos otro para nosotros mismos. Sólo existimos en el otro, en cuanto nos presentamos, aparecemos ante los otros, frente a ellos en sus recuerdos que no hacen a parecer. Porque el mismo existir es hacerse otro. Entonces sí, ser olvidados es perder existencia.

Anemonas y Medusas dijo...

Gracias por le dato hermano . . estuve buscando el título de esas películas y con tu POST son ya 3 blogs que han coincidido en tocar esa idea (yo también lo hago en el mio): no resulta tan original pues, pero la imagen es bella y fuerte.

Un regalito sobre el significado y el olvido que tocas aqui:

"Las personas tal vez consistimos, en suma, tanto en lo que somos como en lo que no hemos sido, tanto en lo comprobable y cuantificable y recordable como en lo más incierto, indeciso y difuminado, quizá estamos hechos en igual medida de lo que fue y de lo que pudo ser. (Javier Marias http://www.javiermarias.es/PAGINASDEPREMIOS/DiscursodeJMRomuloGallegos.html )"

si te gusta, hechale una lectura a MAÑANA EN LA BATALLA PIENSAS EN MI del mismo autor

°venganza dijo...

Va está interesante ese planteamiento. Incorporar lo que no hemos sido como parte de lo que somos. De una forma tajante, es un hecho que somos tanto lo que fue como lo que no pudo ser, y que en cuanto somos, somos también no-ser. Pero está también el querer, y las pretensiones, anhelos, deseos de ser, que nunca sucedieron, pero que incorporamos como parte nuestra, como parte muy importante de los que somos. De alguna forma es como una lectura positiva de nuestra negatividades; nos definimos también en lo negativo, en las negaciones de algunos sucesos que eran tal vez posibles pero que nunca tuvieron lugar y que, sin embargo, nos marcan y limitan como ausencias siempre presentes.

Igual, gracias por el dato.

Un saludo.

Dr. Acula dijo...

Que buen post, que buen blog.