6/4/09

Si el coco fuera asiático o Paganini tocado por una niña china

El coco debía ser un asiático bajo la cama. Qué miedo... A oscuras, te cubres con las cobijas pero la angustia no se va. Te imaginas a Akira Kurosawa, entre la oscuridad y el polvo de debajo de la cama, con su piel súper liza y sus cachetes regordetes; nada te dice, no dice ¡buu!, pero sabes que te mira, sin poderlo ver mirarte, desde detrás de sus gafas oscuras. O Yoco Ono, gritando como en ese track de Sonic Youth (Voice Piece For Soprano) con su pelo de campesina del siglo XVI. Quizá se sale de debajo y comienza a tocarte y mirarte con sus ojos de hormiga, tal vez empieza a parecerse a Lyn May, Lyn May a una máscara de samurái; y lo más terrible es que tienes una erección o te percatas, por cierta humedad entre tus piernas, que estás excitada… cómo, por qué… es un misterio, como un haiku que habla sobre el vacío pero nadie entiende, claro, excepto los japoneses o los chinos, que pueden dibujar tu alma con un trazo largo y rápido de tinta china sobre papel arroz. O podría ser Yukio Mishima con el vientre eviscerado, haciendo gárgaras con sangre, algo que justo antes del final suena a como hacer el amor; la sangre se derrama por todo el piso de tu habitación; “la gloria es amarga”, pero esta huele a pollos degollados y excremento. O un personaje de una película de Takachi Miike, Ichi, the killer, está bajo tu cama, temblando, angustiado después de haber matado a una docena de Yakuzas casi sin querer, casi sin querer podría partirte en dos antes que dijeras: ¡hay!

No sé, debe ser el hecho de que son una cultura tan diferente a la nuestra. Es increíble su capacidad de disciplina. Hoy encontré un video de una niña china que toca la guitarra clásica como si fuera de otro planeta. Toca el capricho No. 24 en A menor de paganini, la-la-la-do-si-la-mi-mi… se los iba cantar pero tengo fea voz. Muchos preferirán la versión original para violín, pero la onda es que las transcripciones suelen complicar las cosas. Quizá de violín a guitarra no hay tanto problema, es un instrumento melódico y no armónico con un registro pequeño, hay piezas para piano que no se podrán tocar en guitarra nunca, bueno, hasta que a uno de esos chinos le salga otra mano. Como sea, la afinación del violín es muy diferente a la de la guitarra y las posiciones quedan a veces incómodas. Además es bien sabido que paganini compuso madres bien difíciles de tocar porque tenía las manos del tamaño del culo del mundo. ¿Cómo es eso? Pues no sé, pero los argentinos siempre mandan a toda la gente allá, así que ha de ser un lugar bien grande. Por cierto, de las cosas que más recuerdo de argentina es una película (Happy together) que filmó un chino, Wogn Kar Wai, que seguro no se parece nada a argentina, porque ese tipo hace que todo se vea fascinante, hasta uno se enamora de Norah Jones en “My blueberry nights” y no es como que la chica más bonita… me imagino esa escena en “In the mood for love”, una chica china, elegantemente vestida, camina no lenta, sino cadenciosamente, con un termo en la mano que contiene tallarines, al ritmo de “Yumeji’s theme” (que, por cierto, está entre la lista de canciones que me hacen llorar, aunque no tenga letra, aunque no sea canción pues) en un pasillo oscuro iluminado apenas por unas lámparas de luz amarillenta. Está bien, ya me salí del tema, pero acordándome de Kar wai, me daría más miedo encontrarlo a él debajo de la cama que a Kurosawa, ‘ta más feo.
Estaba con Paganini, entonces. Lo que es bien sabido de Paganini es que son puros mitos eso de las manos grandotas, sólo las tenía como las del güey ese de los cuatro fantásticos que tiene el culo de chicle, bueno es una probabilidad. Lo que es cierto es que, como sea, sus obras son difíciles de tocar. Todos amamos a Paganini por eso, amamos lo difícil, si alguien tocará el capricho No. 24 con las orejas lo amaríamos más, porque sería más difícil… Está bien, estoy exagerando, no siempre pasa así. Como sea es una pieza difícil, y también bella, más las dificultades que agrega la transcripción a la guitarra, más las dificultades de la guitarra para sacarle un sonido limpio. La guitarra clásica es un instrumento muy primitivo, el interprete interviene directamente en la producción del sonido, a diferencia de un piano, por ejemplo, así que tiene sus ventajas y sus desventajas; es muy pobre en cuanto a la intensidad de sonido que se le puede sacar pero muy rica en cuanto a variaciones de timbre. Bueno, el punto es que esta niña, Lie Ji, toca que de verdad da miedo. No equivoca ninguna nota, ni poquito, tiene un sonido que es casi perfecto y sabe interpretar, entiende lo que está haciendo, todo el fraseo y esa cosas. Cuando alguien no sabe interpretar bien, que no sabe lo que está tocando, es como si le das a alguien a leer en voz alta un texto de una lengua de la que sólo conoce las reglas fonemáticas, aunque lo pronuncie bien, alguien que entiende el idioma sabe que el que lee no entiende lo que está leyendo, no llega ni a simulacro. Además, no es algo aislado, como que se la pasó estudiando el capricho No. 24 desde los siete años y pos así quien no. Por el contrario, parece como de apenas catorce y tiene un repertorio que asustaría a cualquier guitarrista profesional de treinta años o más.

Chale, ya hice esto bien largo. Ya me voy pues. Algún día seré disciplinado como los orientales y les voy a dar mucho miedo. Mientras me voy a aplastar y a darme unas chelas. Hay les dejo el video… estos niños como súper dotados o los artistas en general que consagran toda su vida a el perfeccionamiento de un arte, me producen cierta melancolía absurda, o es lo absurdo lo que es melancólico… bueno, espero no tengan pesadillas con un asiático bajo su cama.


12 comentarios:

Akisuki dijo...

a mi me gustan los orientales tiene un no se que ajajaj

Tumeromole dijo...

Pinches orientales, a mí me caen gordos. Hasta me sorprendo, creí que no era racista: soy bastante tolerante con los gays, los judíos y los negros... pero los orientales, ni en suero, me cae.

Bueno, este morro no me cae tan mal: http://www.youtube.com/watch?v=ChpdohoLucs.

Los directores -algunos-, son pedo aparte.

Isolda dijo...

Bueno, de los escritores no digo nada. Sé que son muy disciplinados, tengo trato muy cercano con ellos, pero en cuanto a la música, yo, confieso que soy de esas personas que creen en el genio además de la técnica.
Cómo puede haber algo más, si ellos no tienen alma. (Yo como el de allá arriba me confieso racista, pero sólo con los amarillos. En otro lugar no pondría esto pero por alguna razón casi desconocida para mi, presiento que me vas a entender.)
En cuanto a lo de la guitarra nunca me ha gustado, me parece un tanto vulgar. Prefiero el violín y el chelo. Paganini, junto con Bach se convirtieron en motivación para tocar el violín. Lástima que me quedé en el minuet, pero de todos modos allí me espera, sé que nunca tocaré como esos virtuosos, porque para eso tendría que dejar de vivir muchas cosas, y no estoy dispuesta.
Recuerdo que la segunda entrada en mi primer blog trataba sobre mi violín y el hecho de que éste tuviera el alma chueca. Pensaba que como él, yo también tenía el alma chueca.
Quizá algún día lo ponga en este blog, aunque a quién le importa el alma de mi violín.

Regina dijo...

Yo mejor no veo el video para poder dormir esta noche...

Ya con el insomnio encima, me atrevo a decir que Star Wars simboliza hombres blandiendo sus espadas de colores a ver quien la tiene mas grande.. digo... quien es el mas fuerte...

Pero aún así no deja de gustarme Obi Wan...

Gracias por la visita...

°venganza dijo...

Akisuki: No, pues a mí también me gustan, pero así como están, hasta el otro ladito del mundo. No puedo decir que no sea racista, porque me estoy refiriendo a ellos de esa forma, de menos como una diferencia que escapa a mi compresión, que se demarca en una estructura anatómica, en usos, costumbres y creencias. Lo cual no significa que quiera que desaparezcan del mundo, sólo que me dan miedo. Según el miedo se funda en la ignorancia, y supongo que hay mucho de eso.

Tumeromole: Pues como decía, a mí sólo me dan miedo. Igual hay cosas de su cultura que están chidas, como el sushi, la comida china a veces, los Haikus, etc. Hasta son una cultura bastante popular mundialmente. Pero las imágenes y las historias más brutales y enfermas las he visto con los orientales. Me acuerdo de una película que se llama Gozu, en la que sale un personaje que sólo se excitaba y podía tener una erección si tenía un cucharón clavado en el hoyo, hasta tenía su colección de cucharones y todo, uno de oro pa’ ocasiones especiales. El tipo se muere un día que lo tiran y se entierra el cucharon bien bien adentro. Luego, uno se queda de ¡No mames! ¡Qué pedo con esto güeyes!... Digo, por más que uno le busque ni las películas de Mario Almada o Lola la trailera están tan pasadas. Pero pues sí, los directores –algunos- son aparte, igual algunos escritores, algunos artistas plásticos, algunos compositores, etc.

Ela: Pues por esa razón desconocida si te entiendo, ja. Lo que decía del arte era justo en ese sentido, como tecné, como el dominio de una hacer al que algunas personas consagran su vida, algo que está muy del lado de los deportistas, pero por ejemplo los músicos, los instrumentistas, son muy parecidos a los deportista aunque tengan que ver otras dimensiones, pero sí se tienen que joder horas y horas de práctica diaria. Es más como la idea de artista de los cuentos de Kafka. Igual se puede decir que eso no es arte, que la pura tecné no es arte, pero es un uso que se le da a la palabra, como en las artes marciales y esas cosas.
Lo de genio, arte, creador, esos conceptos. Creo que aún no están muy trabajados como para decir algo. No sé, es complicado. Pero en términos de creencia, pienso que sí hay algo más que el concepto de técnica, que el cultivo y cuidado de esta, no pueden definir sobre el artista y las cosas que puede producir. El problema del alma pues es igual de complicado, por ejemplo se podría hacer que una máquina tocara el capricho de paganini de la forma más perfecta o imperfecta, con el mismo grado de un artista bueno, y con un alto nivel de interpretación, y cualquier persona podría conmoverse al escuchar a la máquina, pero ella no tiene alma… o tal vez sí, la tendría de menos en ese grado. Es un problema pues.
Lo que dices de la guitarra es cierto, quizá por eso me gusta, pero también tiene sus momentos si la tocas con cuidado. Aunque pues es un instrumento que es vulgar aquí, supongo que no se encuentra en Japón o en china cantantes de camión que se acompañan con su guitarra, o que en las pedas familiares saquen sus guitarras y se pongan a cantar canciones vulgares, o los jóvenes en las escuelas canten y toquen canciones horribles para conquistar mujeres insulsas (que exagerado); quizá porque es para ellos un instrumento más extraño es que prolifera tanto en los círculos de música culta. Pero bueno, quizás un día le encuentres el lado encantador a la guitarra. Quizás un día yo se lo encuentre a los orientales y deje de sentir terror; naa no creo.
Tal vez no debía decir esto aquí, porque este medio es muy impersonal y todo eso. Pero bueno… Deberías de dejar de escribir cosas así como “a quién le importa el alma de mi violín”, de pronto no sé si en verdad lo crees o si es como de esas chicas bonitas que se la pasan diciendo que son feas para que uno les diga lo bonitas que son; va la segunda y no se escucha bien. Así, ¿Quién se interesaría en ella? Yo, ¿Quién en el alma chueca de su violín? Seguro yo y otras personas, entonces no diga cosas así.

Regina: No, pues si es Obi Wan es el que la tiene más grande… que diga, el está más fuerte. Jajaja

Saludos a todos.

ésa que no soy yo dijo...

He de confesar que al leer la palabra Paganini en tu post estuve a punto de cerrar la página...

Verás, en mi familia hay un par de músicos de conservatorio, ambos violinistas. Y por supuesto, durante toda mi infancia Paganini estuvo presente hasta en la sopa. Eso hizo que le cogiera hastío y ahora nada más me lo mencionan y ya sé para donde va el asunto: que si la aracnodactilia, que si el Capricho fulano, que si coleccionaba Stradivarius...

En fin, muy mis traumas. Me ha encantado la adaptación a guitarra, que a pesar de ser un instrumento ordinario que cualquier granuja puede raspar, es mi instrumento favorito. Guitarra, sax y piano, uno necesita más.

älice dijo...

Esta entrada me ha gustado muchísimo, me gusto mucho lo que has dicho de Paganini, me gusta todas las pequeñas cosas que has nombrado, es agradable leerlo todo en uno, y es que me resulta fascinante la cultura asiática.
Saludos.

°venganza dijo...

Ésa que no soy yo: Sí, también es de mis instrumentos preferidos. A diferencia tuya, en mi familia paganini nunca ha existido, hasta la fecha, creo, aún no existe. Así que, como te imaginarás, lo más cercano a un instrumento musical, como en muchas de las familias de este país, era una guitarra desvencijada. Pero cuando la encontré arrumbada en un cuarto lleno de polvo junto a las cosas que nadie usaba en casa, debió ser como amor a primera vista, si algo así existe. La quise mucho, en un momento de nuestra relación la convertí en guitarra eléctrica con el sensor de la aguja de un tocadiscos viejo, de ahí supongo que mi madre se hizo la ilusión de que sería ingeniero en algo que no sabía nombrar, se equivocó como con un kilómetro de distancia. Pero bueno, al final, como quizá la mayoría de las cosas que he amado en este mundo, terminé por destruirla, en un momento de creación, claro (o tal vez es mi justificación). Lo cierto es que esa guitarra fue para mí tocar la realidad de una forma más sutil que una caída o el hambre, no dolía, pero oponía resistencia; la música dejó de ser eso que salía de un aparato cuadrado de poca gracia, que decía Philips con letras negras sobre una placa de aluminio, para volverse algo más real, más vivo, que no sucedía con oprimir un botón. Después me cuestioné sobre ese aparato, lo cual me llevó igual a destruirlo; supongo que como los enamorados de Barthes, que destruyen relojes para encontrar el tiempo, yo buscaba la música en el desmontaje, desmantelamiento de esos artefactos sin encontrarla; aunque algo encontraba. Como cuando uno destruye un corazón buscando el amor, algo se encuentra, se aprende, pero el amor no aparece por ninguna parte; justamente desaparece en esa torpe cirugía que es partirle la madre alguien… ¡ora! Ya me estoy poniendo intenso. Fin.

ällice: Creo que esa sería la palabra, fascinar. Quizá parecen demasiado ajenos a nosotros que nos atraen de una forma no-definida, la cual yo veo bajo cierta negatividad; lo que me fascina me da miedo o lo que me da miedo me fascina.

Isolda dijo...

Pues, honestamente, cuando escuho o leo cosas como el deberias...automaticamente se vuelve un imposible. Pero vamos bajándole, lo he dicho en sentido literal, la metáfora funcionaba en el otro post, no a aquí, de verdad a quién le importa si mi violín me lo vendieron con el alma chueca o no, probablemente a alquien que quiera comprar uno o a alguien que quiera venderme uno. Y en cuanto a que este medio es impersonal no estoy de acuerdo.

°venganza dijo...

Bien, me disculpo por las interpretaciones salvajes.

ésa que no soy yo dijo...

"Destruir relojes para encontrar el tiempo" es probablemente una de las frases más bellas que he leído. Tiene un gran significado para mí. Tal vez un día te lo platique. O no.

Que miedo que mientras te escribía esto tu me hayas comentado...

Dr. Acula dijo...

Los japoneses tienen, efectivamente, ese extraño poder disciplinístico que los convierte en ejecutantes virtuosos antes de tener pelos en donde antes no los había.

Sin embargo...no se, a muchísimos les falta la pasión que hace a la música lo que es. Hay japoneses de 13 años que le dan un par de vueltas en técnica a Sabicas, pero no tienen la calidad poética que hace a los grandes como el.

Buen post, saludos.